La chica de Nuevos Ministerios
Próxima parada: Nuevos Ministerios.
Se abren las puertas.
Apareces. …
Próxima parada: Nuevos Ministerios.
Se abren las puertas.
Apareces. …
Hoy es domingo de resaca. Creo que estos días son aquellos en los tomamos decisiones que nunca cumplimos. Los «mañana dejo de fumar», «mañana me pongo a dieta», o «mañana la olvido». …
Tú, sí sí, tú, la chica de pelo clarito, chaqueta negra, camiseta blanca y felicidad por maquillaje. La que se ha bajado a las 17:34 de la línea 6, exactamente en la parada de metro Laguna. ¿Por qué sonreías así? …
Apenas sé quién eres, y ya sabes por lo que río y por lo que lloro.
No he vivido nada contigo, y ya me estás inspirando para que escriba.
No me voy a cruzar contigo por la calle, pero me arreglo por si acaso.
…
El metro… Todo el mundo odia el metro menos yo, al menos por días como hoy. Tomo asiento, saco del bolsillo mis auriculares, me da por mirar enfrente y… ¿Eras tú?
…
Algún día, cuando reúna fuerzas y me falte inspiración, voy a poner una foto nuestra delante de mí. Esa en la que te abrazo por la cintura, y tú sonríes tanto que a la felicidad le dan celos de que no la necesitemos estando juntos, porque ya la creamos nosotros. …
Ayer fue la primera noche en muchos meses que no me acordé ti, que no te busqué por todos los rincones del pub. Ni a tu mirada. Era yo, sin ti. Sin tu recuerdo, digo. Y reía. Reía mucho. Quizás no tenía la sonrisa más bonita del local, pero sí era la más contagiosa. Cantaba, saltaba, y los tercios eran mi mejor pareja de baile. Y el mundo seguía girando, las chicas me sonreían, y el Dj parecía tener un pacto conmigo para no poner canciones que me recordasen a ti. Y no… sencillamente es que esas canciones ya no suenan a ti. Al menos para mí. Las mariposas dentro de mí murieron de no darle lo que querían, o de las veces que he bebido para olvidarte. Y quizá te he olvidado sin darme cuenta, no lo sé. Pero por si acaso, si algún día nos cruzamos… no me sonrías, ¿vale? Mis heridas se abren demasiado rápido, y tú eres de enamorar fácil. …
¿Y si estos son los últimos versos que yo le escribo?Leer más »
Me apetece escuchar música nueva. Algún grupo de los que no conoce nadie y suenan genial. Así es más fácil convertirlas en canciones mías. O tuyas. Yo que sé… Me van a terminar recordándome a ti. Seguro. Porque a través de canciones se dice mucho, y quizás eso casi compense nuestro nada. Como las que sabes que duelen y aun así das al play, fundiéndote lentamente en una combinación de recuerdos, nostalgia y dolor. ¿Y qué poético suena eso verdad? Pues es una mierda. Maldigo a los cantautores que parece que escriben música en tu nombre. O los bendigo. ¿Por qué copa voy? …
― ¿A dónde vas con la cámara? Conmigo no la necesitas ―Le dije algo molesto. …