Recuerdo que, cuando era niño, mucha gente me preguntaba sobre de qué equipo era. Yo respondía sin dudar que del Madrid; como si fuera lo obvio, como si no se pudiera ser de otro equipo. Yo no elegí ser del Real Madrid, tampoco sabía lo que eso significaba. Mi padre lo era, y yo, como cualquier hijo, sólo quería ser como él. Desde entonces, me he criado escuchando las gestas que consiguieron Di Stefano y Puskas. Las seis Copas de Europa de Gento y las diez ligas de Pirri. Aquella mítica jugada en la que Juanito la preparaba y Santillana la metía. Hugo Sánchez celebrando sus goles dando volteretas. Amancio deslumbrando primero por la banda derecha como jugador, y después descubriendo a la Quinta del Buitre como entrenador. Y a estos, ganando cinco ligas consecutivas. Los casi veinte años de Sanchís vistiendo de blanco. El liderazgo de Hierro. Las subidas de Roberto Carlos por la banda izquierda. La exquisitez de Redondo en el centro del campo, y la fortuna de Mijatovic en la séptima. Raúl mandando callar a 100.000 personas en el Camp Nou. El 3-0 de la octava en París. La FIFA entregando al Real Madrid el trofeo de mejor equipo del Siglo XX. Zidane marcando en Glasgow el mejor gol en una final de Champions League, y Casillas salvando al equipo varias veces en la novena. Sergio Ramos rescatando al Madrid en la décima. Cristiano marcando el penalti decisivo en la undécima. Y otra vez Cristiano marcando los dos goles que marcaron el camino en la duodécima.
Han pasado los años, el fútbol se ha arraigado tanto en mí que no concibo la vida sin él, y ahora sí sé lo que significa ser del Madrid. Significa que da igual si tienes o no talento, que lo importante es trabajar sabiendo que dando más que el resto también se pueden cumplir tus sueños, como Raúl. Significa tener hambre de ser el mejor, y una vez lo seas, intentar mejorar aún más, y más, y más, como Cristiano. Significa no rendirse hasta el último minuto, porque sabes que hasta el instante final es posible cambiar las tornas, como Sergio. Significa saber que todos somos capaces de cambiar el rumbo de la historia en la época que nos toca vivir, como Di Stefano. Significa que hay que recordar siempre a quien lo ha dado todo por ti, como el Santiago Bernabéu a Juanito en cada minuto 7.
Significa muchas cosas que no son fáciles de explicar.
Cuando era niño no elegí ser del Madrid. Pero ahora que soy adulto, sé que tomaría esa decisión en mil vidas más.
Hasta el final, vamos Real.
Si te ha gustado esta entrada, mi novela: “Perdona, ¿tienes fuego?” te va a encantar. Te puedo adelantar que el prólogo es de Defreds, y también que he escrito la novela que me gustaría leer. Su género es una mezcla de romántico, erótico, reflexivo, motivacional, dramático y crítica social. Está compuesta por cincuenta y seis capítulos cortos en los que voy a remover todas las vivencias de tu vida, tus mejores y peores recuerdos, y, en ellos, te voy a hacer que reflexiones sobre cada decisión que has tomado hasta ahora. Puedes leer más sobre ella pinchando aquí.
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