Aquí me tienes, escribiendo lo que no te dije por soltarlo en algún sitio y sentirme en paz, aunque sea por unos minutos. Como si no supiese que, durante mucho tiempo, me va a perseguir la culpa de no haberlo hecho cuando al menos nos saludábamos. Pero oye, yo me voy a quedar a gusto.
Quiero pensar que no soy tan tonto y que, sencillamente, lo hice parecer contigo, pero no. Lo fui, y por fin ya no lo soy. Ahora veo cómo eres en realidad y me deslumbra tanta mentira y tanto juego.
Porque yo fui tu juguete. La atención que te prestaba era inversamente proporcional a la que me prestabas tú a mí. Cuando tú menos, yo más. Y cuando tú algún día eras más, yo era infinito. Lástima que me haya dado cuenta tan tarde de que yo no era tu apuesta, sino, más bien, tu pasatiempo favorito ―y quizás ni eso― pienso a veces.
No te imaginas lo que destroza darlo todo por alguien que con el tiempo te demuestra que no da nada por ti, y ojalá te pase.
No estoy curado de ti, no puedo decir que, a diario y en cualquier momento del día, no te recuerde, no nos recuerde… Pero ya no me desangro. Ahora entiendo ese idioma tan raro con el que los que de verdad me quieren me advertían sobre ti, y, aunque me duele el vacío que un día llenaste más por pasar el rato que por sentir algo, por fin veo que hay luz. Ya me siento en esa etapa en la que cada día que pasa estoy un poco más fuerte. Y te aseguro que voy a volver a ser el que era. Haberte conocido me ha hecho creer aún más en el amor, porque ahora soy consciente de que no vale cualquiera y, más aún, que no vales tú. Es cuestión de tiempo que aparezca alguien en mi vida que te dé mil vueltas en todo, mientras que a ti te va a hacer falta todo el tiempo del mundo y más para cruzarte con alguno como yo.
Y cualquier día, si nos volvemos a cruzar y no me saludas, no te preocupes. Yo sé que lo di todo cuando tú sólo hacías como que lo dabas. Por eso, a diferencia de ti, no me tengo que esconder.
Ni destrozo personas ni finjo ser quién no era.
Sólo soy yo. Y, como siempre, voy a salir adelante.
Imagen de Iz zy, tomada de unsplash.com
Si te ha gustado esta entrada, mi novela: “Perdona, ¿tienes fuego?” te va a encantar. Te puedo adelantar que el prólogo es de Defreds, y también que he escrito la novela que me gustaría leer. Su género es una mezcla de romántico, erótico, reflexivo, motivacional, dramático y crítica social. Está compuesta por cincuenta y seis capítulos cortos en los que voy a remover todas las vivencias de tu vida, tus mejores y peores recuerdos, y, en ellos, te voy a hacer que reflexiones sobre cada decisión que has tomado hasta ahora. Puedes leer más sobre ella pinchando aquí.
También escribo textos cortos y reflexiones en mis redes sociales. Sígueme en: