El metro… Todo el mundo odia el metro menos yo, al menos por días como hoy. Tomo asiento, saco del bolsillo mis auriculares, me da por mirar enfrente y… ¿Eras tú?
Espero que no, no podría perdonarme volverte a dejar pasar. Yo estaba convencido que no me podía volver a enamorar, que lo mío era una causa perdida, pero tú rompes esquemas, y ojalá conmigo mi cama. Bueno que me pierdo en sueños, me encuentro con un largo pelo negro, como nuestro futuro juntos, esa forma de esconder para dentro los labios al pensar, como lo que hago yo con mis ganas cuando me siento solo y pienso en llamarte. Ese mirar distraído, el de: «me importa todo una mierda menos lo que estoy pensando», que ojalá fuese yo, y no soy. Voy a parar, que me estoy enamorando otra vez. Si vienes por Madrid, llámame, no voy a saber decir que no a volver a destrozar mi vida contigo, una noche da para mucho. En nuestro caso, para veinte microcuentos, dieciséis sonrisas nerviosas, siete canciones que me recuerden a ti, cuatro momentos bonitos, dos besos de película y una vez más en la que te diga que quiero luchar contra ese futuro negro que tenemos juntos, contigo de mi mano. Y ahora, dime… ¿Eras tú?
Foto de Alexander Rentsch, tomada de flickr.com
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Si, si…era yo.
Era y es… Me quedo cada palabra
Me alegra que te guste 🙂