– Eres demasiado perfecto, ¿Dónde está la trampa?
– La trampa es que no lo soy, la trampa soy yo. Voy por la vida tomando decisiones por la cuarta copa, cuando no me doy cuenta de lo que puedo perder. Me asusto cuando alguien ve en mí al niño detrás de los sueños del hombre que parezco ser. Que intento ser. Camino siempre en la cuerda floja, porque el vértigo me hace sentir vivo. En un suspiro soy capaz de prometerte el mundo, darme cuenta que quizás yo solo no soy capaz de conseguírtelo, y decidir que por ti lo intento. A veces miro tanto atrás que siento que no avanzo, sólo ando en círculos sobre recuerdos, los que quiero que vuelvan y los que no. Y aunque intento que parezca que puedo con todo, sueño con una mano que me coge de repente y me rescata cuando dudo, cuando tengo miedo, cuando miro tus labios mientras me hablas y no te beso. Yo ahora debería estar comiéndote la boca, no abriéndote mis infiernos. ¿Aunque sabes algo? El infierno me parece un buen sitio para nuestro primer beso.
Foto de Giuseppe Milo, tomada de Flickr.com
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Precioso Fran. De nuevo: ¡chapó!
Muchas gracias 🙂