Ayer fue la primera noche en muchos meses que no me acordé ti, que no te busqué por todos los rincones del pub. Ni a tu mirada. Era yo, sin ti. Sin tu recuerdo, digo. Y reía. Reía mucho. Quizás no tenía la sonrisa más bonita del local, pero sí era la más contagiosa. Cantaba, saltaba, y los tercios eran mi mejor pareja de baile. Y el mundo seguía girando, las chicas me sonreían, y el Dj parecía tener un pacto conmigo para no poner canciones que me recordasen a ti. Y no… sencillamente es que esas canciones ya no suenan a ti. Al menos para mí. Las mariposas dentro de mí murieron de no darle lo que querían, o de las veces que he bebido para olvidarte. Y quizá te he olvidado sin darme cuenta, no lo sé. Pero por si acaso, si algún día nos cruzamos… no me sonrías, ¿vale? Mis heridas se abren demasiado rápido, y tú eres de enamorar fácil.
Parece una tontería, pero… ¿Y si estos son los últimos versos que yo le escribo? como escribió un día Pablo Neruda.
“Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo”.
Versos del poema XX de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada». Pablo Neruda
Foto de: Martin Mutch
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Y alguno será el último de los versos, porque el tiempo pasa y también advirtió el poeta: «…nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos…».
Un saludo afectuoso para ti desde Argentina.
Sin ninguna duda es mi poema favorito. Un saludo desde España bellaespíritu 🙂
que bello!!
El filósofo griego Heráclito tomó una visión opuesta de la identidad metafísica afirmando que: «Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos»